martes, 26 de septiembre de 2017

Iniciación a la lectura. Pequeños consejos

                                                           
 


 Hemos comenzado a iniciarnos en la lectura, el primer paso es emocionarles y que quieran aprender a leer, puesto que algunos peques aún no están preparados para este gran paso.

PACIENCIA! Es vuestro mantra a partir de ahora. 

Cada niño/ a tiene su momento y no debemos desesperar, y menos comparar con sus hermanos, amigos/as y compañeros/as.

Aquí van una serie de consejos para que nuestros pequeños lectores comiencen esta gran aventura.

1. El mejor ejemplo está en casa

Está claro que el primer consejo tiene que ser este: el ejemplo. Nosotros los padres somos sus máximos referentes y las personas en que más se fijan. Si nosotros no cogemos un libro, si apenas tenemos en casa y si no nos ven leer es más difícil que ellos quieran leer, porque les sonará raro que insistamos en que lean cuando nosotros no lo hacemos. 

Es más, los niños muchas veces llegan a la conclusión de que si insistimos demasiado en algo es que muy divertido no es (nadie les insiste en que jueguen a la consola).


2. Que tengan libros, claro

Siempre recordaré  a una abuela novata , con un nieto de casi dos años que me preguntó una vez si ya era buen momento para comprarle cuentos a su nieto.

“¿Dos años y aún no tiene cuentos ni libros? ¿Nadie se ha sentado con el para leerle un cuento?”, pensé. 

Evidentemente le respondí que sí, que por supuesto era un buen momento para contarle cuentos y que, de hecho, era una de las mejores cosas que podía hacer para entretener, divertir, estimular e instruir a su nieto.

Deben estar accesibles, a su altura, en alguna estantería donde estén de pie (si están tumbados cogerán el primero y a lo sumo el segundo, pero no los de debajo) y los puedan ir cogiendo y dejando según vaya interesando.

4. Que elijan los libros que quieren

No todos los libros que tengan deben llegar a través de regalos, porque así serán todos elegidos por los demás (y los adultos normalmente leemos antes los que compramos nosotros que los que nos regalan y desconocemos).

De vez en cuando, sin motivo aparente (sin cumpleaños, sin que sea Navidad ni haya motivo para regalar), está bien acercarte con tu hijo/a a la librería y estar un rato.

Los libros infantiles son coloridos, divertidos, dan ganas de mirarlos todos y estar ahí para ellos es como entrar en un pequeño parque de atracciones cultural. Miran libros, los abren, los dejan (nosotros siempre controlando para que los respeten, claro), y al final que elijan el que quieran.


5. Que conozcan el alfabeto


Lo ideal para empezar es que conozcan un poco el alfabeto, o sea, que reconozcan las letras. 

Que sepan qué letra es cada una, porque a partir de que las conocen pueden luego combinarlas fonéticamente al leer sílabas: “La B con la A no se dice BE-A, sino BA”. Para que las aprendan, debemos decirles qué letra es cada una y luego añadir el fonema (precisamente para favorecer que al leer “PAPA” no se queden diciendo “PE-A-PE-A”, sino “Pppp-A-Ppp-A”, que al ganar velocidad se convierte en “PA-PA”). Es decir, cuando aprendan la “B”, decir, “BE, Bbbbb”, cuando aprendan la “S” decir, “ESE, Ssssss”, cuando aprendan la “M” decir, “EME, Mmmmmm”. 

Para que conozcan las letras sin que aprenderlas sea aburrido puede ir bien jugar directamente con letras físicas. Un buen recurso (un grandísimo recurso, diría yo) son las letras imantadas, para la nevera, por ejemplo, o para las pizarras que admiten imán. 

Espero que estos consejos, os sirvan como padres  y madres o abuelos/as.