domingo, 12 de enero de 2020

Seres fantásticos.

                                                              EL MINOTAURO
     


                     

En pleno mar Mediterráneo se encuentra la isla de Creta, una isla mágicapor todas las aventuras que se han vivido allí con héroes, monstruos y seres tan mágicos como la propia isla. En la isla de Creta es donde se encontraba el famoso laberinto de Dédalo, un laberinto construido para encerrar al Minotauro y de donde no se podía salir. 
Cuando los cretenses encerraron al Minotauro en el laberinto sin salida pensaron que el peligro había acabado, pero no fue así. El laberinto atraía mágicamente a algunas personas que se olvidaban del  Minotauro y se adentraban en las callejuelas del laberinto. Lógicamente, nunca salían de allí, porque en cuanto el Minotauro se encontraba a una de esas personas perdidas en el laberinto, inmediatamente las devoraba. 
Así que decidieron que había que matar al Mintauro y eso solo lo podía hacer un héroe. Llamaron al más famoso héroe de aquel tiempo, a Teseo, y le contaron lo que debía hacer.
-Teseo, tienes que entrar al laberinto, luchar con el monstruo y matarlo para que no se coma más personas.
- A mí no me da miedo luchar contra el Minotauro, pero ¿cómo voy a salir después del laberinto?- preguntó Teseo


    




Fue la princesa de Creta, la joven e ingeniosa Ariadna la que le ofreció la solución. 
- ¿Si te ayudo a salir del laberinto te casarás conmigo?- dijo la princesa Ariadna
Teseo, claro está, le contestó que se casaría encantado con ella. Pero no se acaba de creer que la joven supiera cómo salir del laberinto. 
A veces más vale maña que fuerza y para matar al Minotauro hacía falta la fuerza que tenía Teseo, pero para salir del laberinto lo que hacía falta era la inteligencia de Ariadna.
- Toma este ovillo de lana y desenróscalo. Yo lo sujetaré por el otro lado y te esperaré en la entrada del laberinto- le dijo Ariadna a Teseo

           


Teseo se adentró en el laberinto y fue desenroscando el hilo. Cuando se encontró con el Minotauro, no lo dudó y lucharon hasta que el monstruo quedó muerto en el suelo. Lo demás fue sencillo, gracias a Ariadna. Teseo solo tuvo que seguir el camino que había marcado con el hilo para encontrar la salida del laberinto.

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